lunes, 29 de marzo de 2010

El Real Madrid dobla en puntos al Atlético (74/37)


Cosas que debe evitar un equipo campeón:

1.- Falta de actitud. No se puede consentir que Granero juegue la primera parte andando, que Marcelo regale un balón por efectuar una frivolité en el lateral del área (que a la postre ha significado el 2-3) que Casillas dude al despejar un balón claro (ha tenido que sacarla de rodilla porque se le acababa el área) que Albiol cometa un error de novato en el primer gol, que se permita a Forlan chutar con toda tranquilidad en el último suspiro del partido (menos mal que no ha centrado al corazón del área)...

2.- Desperdiciar numerosas ocasiones de gol. La principal diferencia durante los primeros cuarenta y cinco minutos entre Real Madrid y Atlético ha sido que Reyes ha acertado su ocasión y que Ronaldo e Higuaín han fallado las dos más claras del partido.

3.- Permitir resucitar al rival. Con dos goles por delante y el Atlético moralmente hundido, Marcelo primero regalando un córner y Alonso después "homenajeando" a Mino y su infame mano en Copa de Europa ante el Bayer Munich, los han vuelto a meter en el partido (y nos ha podido costar muy caro).

4.- Ansiedad. El Real Madrid no puede saltar al campo pensando en meter el tercero cuando ni siquiera ha logrado el primero. El Real Madrid debe tener fe en su calidad, asumir la posesión de la jugada, practicar su fútbol y esperar que caigan los goles conforme se sucedan las ocasiones. Las prisas no son buenas consejeras; es mejor jugar con cabeza.

Hay otro tipo de circunstancias, relacionadas con cuerpo técnico y directiva, pero las cuatro anteriores son exclusivamente responsabilidad de los jugadores y en todas ellas incurrió el Real Madrid frente al Atlético. Sin embargo el partido se ganó. ¿Por qué? Dos motivos: la clase de nuestros futbolistas y la medianía que es el Atlético de Madrid.

La primera parte hizo que muchos nos pusiéramos nerviosos. El Real Madrid atacaba con pocos efectivos, supeditado en demasía a individualidades de Cristiano o Higuaín. No había circulación de balón, las posesiones terminaban en nada y Pellegrini volvió a hacer de las suyas, situando a Gago en paralelo con Alonso, en lugar de por detrás. ¿Acaso en Mallorca no funcionó a las mil maravillas Gago por detrás de Alonso, contra un equipo cuyo ataque estaba basado en buscar la espalda a Marcelo y Ramos, laterales aquel día? Claro que sí, pero a Pellegrini le entran los miedos y así nos va. Gago debe jugar por detrás de Alonso, haciendo las coberturas necesarias. Sin embargo, ayer, jugó demasiadas veces por delante del tolosarra. Un grave error en el que Pellegrini ya ha dado muestras más que convincentes de que no va a echar marcha atrás. Y menos mal que Lass está con artritis (o eso dicen) porque la diferencia entre el francés y el argentino, actualmente, es como la noche y el día.

En la segunda parte vimos al Real Madrid de verdad, a ese equipo que aplasta a sus rivales como una apisonadora. Parece ser que Pellegrini les puso las pilas (espero que sea eso para tener algo bueno que decir de él) La pena es que sólo duró unos veinte minutos, tiempo en el que el equipo destrozó a su rival con tres goles, que relataré a continuación.

En el primero funcionó la estrategia (vaya, he dicho otra cosa buena sobre el técnico, no lo toméis por costumbre). Ya es la segunda vez en muy poco tiempo que un futbolista del Real Madrid gana un balón por alto alrededor del punto de penalti y cede de cabeza al segundo palo. En ambas ocasiones Xabi Alonso logró el gol.

El segundo fue un golazo de altísima calidad, tanta que don Alberto Miguel Carrillo Romero, presidente de la peña madridista Blanca Zaidín de Granada, me comentó: "si lo llega a marcar Messi, tenemos gol para toda la semana". Pero lo marcó Arbeloa, lateral derecho del Real Madrid, que no se cansa de demostrar que en su posición natural es un fuera de serie, mientras que por la izquierda cumple y poco más. Xabi Alonso, demostrando aquello de que en el fútbol el balón debe correr más que los jugadores, envió un espectacular cambio de orientación en diagonal al pie de Arbeloa, rompiendo el intento de táctica de fuera de juego atlético. El lateral corrió hacia el pico derecho del área, sorteó a su rival con calma y nervios de acero (eso que le faltó al Real Madrid en la primera parte) y batió al portero cruzando el balón a la base del palo izquierdo. Un gol de enmarcar protagonizado por los dos ex del Liverpool. Fantástico.

El tercero fue de Higuaín, que a pesar de haber fallado ocasiones increíbles, nunca falta a la cita con el gol. Ya lleva veintitrés, pero es que el Real Madrid cuenta con una media superior a tres goles por partido. De seguir así pueden aspirar a batir el impresionante récord de 107 goles que el Real Madrid de la quinta del Buitre instauró en liga y que el supuesto super-Barcelona ni siquiera ha llegado a rozar.

A partir de ahí el Real Madrid se relajó demasiado. En ese momento Pellegrini debería haber dado entrada en el campo a Raúl y a Guti (lo hizo mucho más tarde). ¿Por qué? Porque ambos tenían ganas de comerse el mundo y los que estaban en el campo no. El Atlético pudo haberse metido otra vez en el partido gracias a la falta de concentración de los nuestros pero, afortunadamente, los rojiblancos no pueden considerarse un equipo de fútbol, sino una broma (a pesar de lo cual ganaron a un Barcelona que contaba con Iniesta, Xavi y Messi).

Quedan los asuntos extradeportivos. Doblamos en puntos al Atlético de Madrid: 74 por 37. Imagino que con el odio que generamos en la orilla del Manzanares, muchos no habrán dormido esta noche; peor para ellos.

Después está el árbitro, ese tipo que nos avergüenza a todos los pamplonicas de verdad (no a los de pega). Undiano Mallenco hizo lo posible por igualar el derby. Se comió varias cartulinas amarillas que hubieran desestabilizado todavía más a este triste Atlético, además de no pitar dos claros penaltis a favor del Real Madrid. Pero lo que más me irritó fue comprobar que, además de ser esbirro de Villar, resulta que es muy malo (y eso que está considerado el mejor árbitro español): ¡No vio la mano de Alonso! Tuvo que ser "Fermín el del banderín" (si yo fuera presidente de las piscinas de San Juan, de las que es socio, haría tiempo que por vergüenza lo habría expulsado de dicha sociedad) el que lo señalara. Pero tan torpes son que no mostraron amarilla a Alonso, ¿por qué? Porque intuyeron algo y lo pitaron, a pesar de que únicamente hay que señalar aquello que se ve. Pero esta vez la Villarada les salió mal y el Real Madrid continuó de líder (y digo esta vez, porque en el Mallorca - Barcelona el Villarato sí funcionó).

Por último, mencionar ciertas reacciones del público del Bernabéu. A Raúl lo abuchean por todos los sitios donde va. A alguien como Raúl, leyenda viva del fútbol español, habría que homenajearle en todos los campos, pero uno de los grandes males de nuestro país es la envidia. Sin embargo en el Santiago Bernabéu, cada vez que entra hay ovación. ¿Por qué será? Lo mismo sucedió cuando entró Guti, por un abucheado Granero. Y es que nuestro público es un gran entendido de fútbol, ¿por qué si no creéis que recibieron con tal algarabía la entrada al campo de Perea? El central rojiblanco tuvo una muy buena primera temporada con el Atlético, pero ahora no es ni una sombra de aquel y claro, el buen entendido madridista lo sabe.

Diréis que he sido muy duro con el equipo, pero creo que me he quedado corto: en dos semanas llega el Barcelona y no se debe perder la concentración ni un segundo, porque además de la calidad de varios de sus futbolistas, contarán con el beneplácito arbitral. Lo que quiero decir es que o bien ganamos por goleada o si no, Mejuto González, que frente al Valladolid nos demostró que se ha vendido a Villar, tendrá ese típico error que permite al Barcelona no perder sus partidos. Y un empate no nos vale.

viernes, 26 de marzo de 2010

Higuaín y Cristiano los marcan a pares


Como dije hace poco, la prensa se desmelena en cuanto hay que sobrevalorar desmedidamente cualquier acción azulgrana. El problema es que nadie osa contradecirlos, bueno, casi nadie. Hemos llegado a un punto que hasta el vendido presidente del Getafe, socio del Real Madrid cada día más sospechoso, afirma que Messi es mejor que Cristiano.

Sin embargo eso no es lo que vemos día tras día. ¿Messi tuvo dos partidos buenos? Sí, contra un Valencia defensivamente obtuso y contra un equipo que luchará para no descender. Por el contrario, Cristiano cumple cada vez que salta al campo, lo mismo que Higuaín, independientemente de la calidad del rival.

Y anoche volvió a suceder: en 36 minutos de fútbol eléctrico, el Real Madrid doblegó al equipo entrenado por Michel con cuatro goles. El grado de compenetración entre ambos es total (a pesar de que la mentirosa prensa ha intentado repetidas veces contar lo contrario) de forma que participan para anotar y para asistir (Messi sólo participa en sus propios goles).

El primero lo logró Cristiano de soberbia falta a la escuadra. ¿Quién provocó el libre directo? Higuaín. El segundo lo marcó el argentino a pase de Van der Vaart. En el tercero repitió Higuaín, con un pase de tiralíneas de Gago, digno del mismísimo Guti y el último fue un prodigio de esos que si hubiera marcado Messi, Carlos Martínez, comentarista del Plus, se habría quedado ronco, pero lo marcó Cristiano.

Ya perdonaréis que hable tanto de la prensa, pero es que el mencionado Carlos Martínez resulta patético cada vez que habla de Messi. Anoche Cristiano jugó una primera parte de lujo y el comentarista en cuestión no paraba de nombrar a Messi. ¿Detecto un nuevo brote de madriditis entre el barcelonismo? Han soltado rápidamente las campanas al vuelo, pero, de momento, no han ganado nada y posiblemente terminen la temporada en blanco. Incluso les hemos ganado en baloncesto, algo que de entrada parecía poco probable.

Luego leemos que Madrid y Barcelona se muestran intratables... No es eso lo que vi en el Barcelona - Osasuna, pero en fin, es lo que hay con una prensa vendida al mejor postor.

Quisiera hacer hincapié en el apartado Gago. ¿El Real Madrid quiere deshacerse de él? Todas las veces que ha jugado con Alonso el equipo ha ganado de calle: nadie interrumpía la circulación del balón (como hacen los dos Diarrás), el ritmo de juego era altísimo, los ataques se producían sin posiciones fijas, logrando la sorpresa, los goles llegaban con frecuencia... Pero Lass es indiscutible y Gago transferible. La única razón que entiendo es que Florentino, como ya trató de hacer con los fichajes de Lorenzo Sanz, se quiera cargar a Gago porque fue traído por la administración de Calderón. ¡Pero si también hay rumores sobre la marcha de Higuaín!

¿Por qué Gago funciona y Lass no? Es tan sencillo como esto: el argentino guarda las espaldas a Alonso mientras que Alonso se las debe guardar a Lass. Con Gago podemos ver a un Xabi Alonso liberado en el ataque madridista y con el francés, es Alonso quien debe quedarse atrás dada la libertad que Lass cree tener para sumarse a la ofensiva. Y todos sabemos que el talento de Lass no es, precisamente, el creativo.

¿Seguirá Pellegrini en esta línea? ¿Convencerá a Florentino para que Gago siga? ¿Se desharán de los paquetes? Siendo así, con el equipo funcionando y Pellegrini actuando de forma sensata (y no reinventando el fútbol) no tengo ningún problema en que siga, sobre todo si las alternativas son Mourinho o Benítez. Pero no me fío ya que he visto demasiadas veces al chileno sacar una alineación lógica un día por las lesiones (y se supone que Lass tiene artritis) y en cuanto ha podido la ha vuelto a liar. De hecho, posiblemente Pellegrini sea el gran culpable de la marcha de Gago, ya que no ha confiado en él durante prácticamente toda la temporada.

A partir del minuto 36, todo lo ocurrido fue para olvidar. El Real Madrid se durmió y aburrió a todos. El Getafe lo aprovechó para acortar distancias, llegando a marcar dos goles. Pero sólo fue un espejismo, ya que la victoria nunca se escaparía a los blancos.

En el tramo final del encuentro entró Raúl. El capitán ni está acabado ni nada, por mucho que lo pretendan. Ahora bien, no se puede esperar que alguien que no tiene continuidad en el juego, no pierda ritmo. Cuando Higuaín se lesionó, Raúl jugó varios partidos seguidos y fue a más. Lógico. Pero a Raúl se lo quieren cargar y creo que poco podemos hacer al respecto.

Lo que no entiendo es el comportamiento de muchos aficionados. No sé si será el último año de Raúl como jugador del Real Madrid, pero ¿qué ha sucedido cuando grandes figuras del deporte han llegado a su último año? Recuerdo, como caso más longevo, a Kareem Abdul Jabbar de Los Angeles Lakers. Se retiró con 42 años, físicamente mucho más perjudicado que Raúl. Sin embargo, en su última temporada, nadie se ensañó con él, nadie lo tachó de pesetero y, por descontado, no fue abucheado en ninguna cancha de la NBA. Todos reconocieron lo que el pívot angelino había hecho tanto por el baloncesto como por los Lakers. ¿Acaso Raúl no ha hecho nada por el fútbol y por el Real Madrid? Ya lo creo que sí, sin embargo, allá por donde va (excepto en el Bernabéu, claro) se oyen abucheos, silbidos e insultos en su contra. Lo más triste es que algunos provienen de supuestos madridistas (ningún madridista de verdad insultaría conscientemente a Raúl). Es una pena, pero es lo que hay.

La siguiente cita, el Atlético de Madrid. Convendría una buena goleada, para que la madriditis siga extendiéndose por la región noreste de España.

jueves, 25 de marzo de 2010

Zidane, Ronaldinho, Cristiano y Messi


El Barcelona siempre será un segundón. Da lo mismo que le regalen títulos (Champions, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes del año pasado se deben a los cinco penaltis de Chelsea) ya que después aparece Laporta y dice que lo más importante logrado la pasada temporada fue el 2-6 al Real Madrid. ¿Es o no es significativo?

Pero también sucede con la prensa. Desde hace unos años, todo lo que huele a azulgrana se distorsiona al alza de una manera tan poco objetiva como fanática y falsa, siempre con el Real Madrid en el horizonte. Y quien se fija más en el rival que en sí mismo, es un equipo pequeño. Sólo hay que atender a un par de ejemplos.

¿Os acordáis de Ronaldinho? Mientras una parte importante de los medios (y no me refiero sólo a los catalanes, sino a nacionales en general) llegaba a decir que había superado a Zidane, otros lo calificábamos con el pseudónimo de "Fraudinho". Se llegó al esperpento de calificar como gol del siglo un remate parecido a una chilena al que tuvo que recurrir tras efectuar un mal control con el pecho, dentro del área del Villarreal y ante la pasividad de unos defensas que habían bajado los brazos al encontrarse varios goles por debajo del marcador y en tiempo de descuento. Medios como Antena 3 afirmaron que estaba por encima de una serie de goles, entre los que aparecía una excepcional chilena de Hugo Sánchez al Logroñés y el gol de Zidane en la novena.

Comparar a Ronaldinho con Zidane es como establecer similitudes entre Messi y Maradona. Zidane, además de su voleón contra el Leverkusen en la última Champions ganada por el Real Madrid, marcó dos goles en la final del mundial de Francia, fue clave para la consecución de la Eurocopa con su selección y fundamental para que los galos se metieran en la final del último mundial. Ronaldinho, ¿qué ha hecho Ronaldinho en mundiales o finales de Champions? Desaparecer. Pero llevaba camiseta azulgrana, el mejor futbolista de los últimos años había sido del Real Madrid y claro, había que decir que era mejor que Zidane.

Ahora sucede con Messi. Acaba de marcar dos hatt-tricks, algo propio de un gran futbolista, no lo niego, pero ¿mejor que Maradona? Ahora hay que hundir a Cristiano y como el portugués es un futbolista de otra galaxia, ni siquiera lo nombran cuando hablan de Messi. Eso sí, no matizan en la débil defensa valencianista, que prácticamente le tendió una alfombra roja en su primer trío de goles. Tampoco comentan que los otros tres los marcó ante un equipo que lucha por no descender. Y, evidentemente, nadie habla sobre su poca capacidad para jugar con los compañeros.

Maradona ganó un mundial (México 86) y prácticamente él solito metió a su selección en la final de otro (Italia 90). En México metió uno de los mejores goles que jamás se ha visto en la fase final de la Copa del Mundo, recorriendo todo el campo con el balón controlado, sorteando a todos los rivales que le salieron al paso y eliminando a nada más y nada menos que Inglaterra. ¿Se atreven a comparar ese gol con uno conseguido en Copa contra el Getafe? Es de risa.

El caso es que en cuanto una defensa se vuelve lo suficientemente ordenada, como sucedió con el débil Osasuna anoche, Messi ni la huele. Por el contrario, Cristiano Ronaldo (a quien tampoco se me ocurrirá el disparate de compararlo con Maradona) se hecha el equipo a la espalda, juega con la cabeza levantada, genera ocasiones para sí mismo y para sus compañeros y siempre aparece, aunque el rival sea el Valladolid y tenga permiso del árbitro para apalizarlo en el terreno de juego. El problema es que Cristiano juega en el Real Madrid y Messi en el Barcelona. ¿Qué pasaría en caso contrario? Si Messi jugase en el Real Madrid dirían que sólo juega bien a la contra, que es muy individualista y seguramente lo tacharían de cojo (por aquello de que tiene la derecha para apoyar). En ese caso Cristiano sería el mejor del mundo y bla, bla, bla.

Es irrisorio, pero es lo que hay. Ronaldinho nunca alcanzó, ni de lejos, a Zidane y Messi, se pongan como se pongan, es inferior a Cristiano Ronaldo, algo que seguramente comprobaremos todos en el mundial. Ojalá que esta realidad también se demuestre el diez de abril.

domingo, 21 de marzo de 2010

A pesar de todo, a ritmo de récord


No soy muy amigo de ciertos records, porque pueden llevar a engaño. Sin ir más lejos, el año pasado Juande Ramos batió un récord de victorias en liga para, después, batir otro de derrotas. Dicho de otra manera: superar un récord que no signifique títulos no me parece motivo como para que un entrenador pueda sacar pecho.

El récord que el Real Madrid alcanzó anoche fue el de ganar ocho partidos de liga consecutivos marcando tres o más goles. Me parece estupendo, pero ¿nos olvidamos del Alcorcón y del Lyon por dicha circunstancia? Lo siento, pero no puedo.

Ayer, una vez más, Pellegrini consiguió darme dolor de cabeza y creo que no fui el único, habida cuenta del silencio sepulcral que reinaba en el Santiago Bernabéu conforme avanzaba la primera parte. Una vez más, el chileno colocó a Lass por delante de Alonso, pero muy por delante, como si nos estuviera provocando. Además lo colocó por la izquierda.

Pellegrini es un cobarde y alguien así jamás debería sentarse en el banquillo del Real Madrid. ¿Por qué jugó anoche Lass de interior izquierda? Porque Arbeloa jugaba de lateral derecho y Marcelo de lateral izquierdo. Pellegrini y sus mensajes. ¿Por qué jugó de titular en Lyon Diarrá? Porque el técnico tenía miedo al poderío físico de un equipo de segunda fila. Pero en el descanso se quitó culpas de encima sustituyendo a Marcelo. Es decir: Pellegrini es un cobarde dentro y fuera del fútbol.

Podéis no estar de acuerdo conmigo a la hora de cargarnos al entrenador. Pero lo que no me podéis discutir son los hechos: Real Madrid - Sevilla, con Lass en el campo 0-2, con Guti en su lugar 3-2; Real Madrid - Sporting, con Lass en el campo 0-0 y aburrimiento total, con Guti en su sustitución, 3-1. Pero la semana que viene ¿quién será titular? Lass.

Para confirmar su cobardía, nada más recibir el gol del Sporting en la segunda parte ordenó calentar a Gago. El Real Madrid tenía en el campo un esquema que ha funcionado siempre esta temporada: Xabi Alonso de medio-centro y Guti por delante de él, además de la inestimable colaboración de un inmenso Van der Vaart. ¿Confía Pellegrini en estos jugadores? El mensaje que envió con lo de Gago dice que, evidentemente, no. Sin embargo, en el rato que le llevó a Gago efectuar su calentamiento, el Real Madrid, a ritmo de Guti, marcó tres: Van der Vaart a rechace de un cañonazo de falta de Cristiano, Alonso tras recibir una asistencia de cabeza de un Cristiano que se elevó por encima de todos sus rivales como si del mismísimo Kobe Bryant se tratara y, por último, Higuaín en una impresionante jugada personal, sorteando a rivales y chutando colocado y abajo.

Cuando marcó Higuaín, el cuarto árbitro ya tenía levantado el marcador electrónico solicitando el cambio: Gago por Granero. Y ahora viene el insulto final del ingeniero: ¿por qué Gago sí juega donde debe hacerlo un pivote, es decir, por detrás de Xabi Alonso, mientras que la disposición de Lass es similar a la de un extremo? Es tan incoherente como inexplicable.

Ése es Pellegrini. Y por si alguien piensa que puede cambiar, saca pecho en rueda de prensa y dice que está orgulloso de su trabajo. ¿Contar con la mejor plantilla del planeta y caer eliminado contra un segunda B en Copa y un segundón en Europa es como para estar orgulloso? Desde luego que no.

Entiendo que el Real Madrid no puede llevar un ritmo de entrenador por año. Es malo para el club. Pero no por ello vamos a mantener a un técnico que no sabe ganar. ¿Tiraremos también la próxima temporada a pesar de contar con una gran plantilla por un técnico cobarde? Ni el Real Madrid ni nosotros, los aficionados, lo merecemos.

Pero no sólo hemos de padecer a Pellegrini. La prensa se despachó anoche agusto (en especial el programa resumen de Canal Plus) contra el Real Madrid. Claro, hay que intentar lo imposible, que no es otra cosa que el público comience a dudar del Villarato. Así pues, en un partido en el que se producen dos jugadas polémicas por manos, una perjudicando al Real Madrid y otra perjudicando al Sporting, se habla sólo de la segunda. Han llegado a la desfachatez de borrar del resumen la mano de Gregory, central sportinguista que efectuó un paradón digno de un guardameta. Era penalti claro, de forma que el Real Madrid debería haber llegado al descanso con ventaja de un gol en el marcador. Sin embargo, no interesa informar de ello, porque no conviene.

Y si ayer me molestó lo de Canal Plus, en las noticias de Cuatro de hoy han llegado al esperpento: Juanma Castaño se ha comportado como lo que es, un ultra de Gijón. Ha llegado a hacer aspavientos para meterse con Valdano por decir que es muy difícil ver si en la jugada de Van der Vaart hay mano o no, pero ¿mencionar el penalti de Gregory? ¿Para qué? Total, sólo estamos desvirtuando la información y engañando a todo aquel que no haya visto el partido. Fijáos hasta donde ha llegado el patetismo del ¿periodista? de Cuatro, que ha pedido un penalti de risa, totalmente inexistente, en una acción de Arbeloa en el tramo final del partido.

Pero no terminan ahí nuestros males, ya que los dirigentes del equipo siguen haciendo de las suyas. Se sigue hablando de una posible salida de Higuaín del equipo... ¿Nos vamos a desprender del máximo goleador? ¿Por qué? ¿Porque no ha sido un fichaje hecho por Florentino? El presidente ya hizo lo mismo en su primera etapa como máximo mandatario blanco: intentar deshacerse de todo lo que le oliese a la administración anterior. Todavía recuerdo la mala manera en que se echó a Morientes para fichar a Owen. ¿Harán ahora lo mismo con Higuaín para traer a Rooney? Incomprensible.

Después está el asunto Raúl. ¿Se puede consentir que alguien con el calado de Raúl en la historia del Real Madrid se marche por la puerta de atrás? Esta misma semana hemos leído en la prensa que posiblemente pidan a Raúl que renuncie a su último año de contrato. No se debe maltratar así a uno de los grandes mitos del madridismo, es una barbarie.

Otro con la soga al cuello: Guti. ¿Acaso no está siendo uno de los grandes protagonistas esta temporada? Ya lo creo que sí. Pero Florentino tiene prisa por traer a Canales y parece ser que ya le han dejado caer al catorce que si se marchara del Real Madrid esta temporada, el media-punta del Rácing podría recalar en el equipo blanco un año antes de lo previsto. ¿Nos hemos vuelto todos locos? ¿De verdad alguien cree, viendo jugar a Guti, que está acabado?

Para terminar está el asunto del técnico: una vez más se habla de entrenadores como de cromos. Antes de la llegada de Pellegrini se barajaban las opciones de Mourinho o Wenger, es decir, la noche y el día. Y ahora, por lo que tengo entendido, la cosa es similar. ¿Cómo se puede elegir entre dos entrenadores que no tienen nada que ver? Muy sencillo: porque aquí lo de menos es el fútbol. Se trata de traer a alguien de renombre y ya está. Si luego el equipo juega o no, por lo visto no les importa.

Pero a quien sí importa es al público del Bernabéu, que estalla en una gran ovación cada vez que ve a Guti calentar. ¿Por qué? Porque el buen aficionado sabe de fútbol. Ya es hora de contratar a un entrenador que también sepa tanto de fútbol como del Real Madrid. ¿Quién es ese hombre? Cada día lo tengo más claro: don José Miguel González Martín del Campo, es decir, Michel. Pero mientras Florentino y compañía estén en el poder, o bien Michel gana la Champions con el Getafe o difícilmente lo veremos donde debería estar: dirigiendo al Real Madrid.

jueves, 18 de marzo de 2010

Raúl

Raúl







Se que en estos momentos los madridistas estamos un poco tristes, es lógico por la eliminación de la Champions, pero teneis que tener en cuenta que lo que nos ha hecho grandes es levantarnos después de una caida, y el Madrid siempre se levanta y cada vez será más grande.



quisiera compartir con vosotros una columna del diario marca de ya hace algunas semanas, firmada por el Sr. Manuel Juliá, que la titula EN HONOR A RAUL. Quisiera que la analizarais detenidamente, sobre todo aquellos que se llaman madridistas y no hacen mas que despotricar sobre Don Raúl Gonzalez Blanco.



EN HONOR A RAUL:

Si tienes un hijo al lado dile que se fije en RAUL. Que se fije y aprenda. También ahora mientras buitres mediáticos merodean su presunto cadaver lleno de sangre fresca y avariciosa. Dile a tu hijo que le mire a los hojos y vea como es una mirada noble. Dile que observe cómo hay que hacer para concentrarse. Que vea su actitud en los partidos, su sacrificio sin límites, su hambre de lucha, su respeto al contrario y al compañero. Si tienes a tu hijo al lado dile que agradeces a Raúl muchas noches de sueños hermosos, muchas mañanas de tertulias humeantes, muchas horas de gozo, recuerdos y victorias. Dile que se fije en como hay que avanzar hacia un éxito digno, hacia los sueños posibles, sin hazañas oscuras, sin estúpidas sobervias, sin mentiras que terminan cobrando su impuesto miserable.





Si tienes a tu hijo al lado dile que se fije en Raúl. Que se fije y que aprenda a apretar los dientes y a luchar cuando el entorno te agobia. Que aprenda a levantar la cabeza en la derrota (que siempre es momentanea), por que has descubierto que la verdad, la honradez, el trabajo y el tesón son columnas de la vida que ninguna tormenta podrá derribar.


Mira a los ojos a tu hijo, o a tu hija, y diles que odien esos programas de la tele que denigran el talento, exaltan la mentira y enseñan el éxito fácil, sin esfuerzo ni sacrificio. Y muéstrales el ejemplo de Raúl. Diles que cuando vayan contigo al campo no le quiten los ojos de encima. Que aprendan de él, por que aunque Raúl ya esté perdiendo la batalla del tiempo (la edad no perdona), con su actitud ha ganado para siempre, en nuestro corazón, la batlla del respeto.

Yo esta columna del señor Manuel Juliá, la he recortado y enmarcado, por que como madridista y raulista no pude mas que emocionarme al leerla, por que habla de unos valores que son aplicables a todas las vicisitudes de la vida.


Gracias Raúl por existir.


Alberto Miguel Carrillo Romero


Presidente de la peña madridista

Blanca Zaidin de Granada

domingo, 14 de marzo de 2010

Higuaín se resarce con un Hatt-trick


Me cuesta muchísimo sentarme hoy para hablar de lo ocurrido en Valladolid. Tengo dos motivos: el primero es que no voy a olvidar de golpe y porrazo el estrepitoso fracaso de la Champions (y creo que el calificativo es suave). El otro lo resumiré con una pregunta: ¿de qué te quejas, Onésimo?

Esforzándome mucho voy a dejar por un momento a un lado lo del miércoles, para centrarme en las barbaridades acaecidas esta noche en Zorrilla, porque hacía tiempo que no veía a un equipo sufrir tal cantidad de durísimas entradas, las cuales el árbitro no ha tenido a bien castigar. Y eso que arbitraba Mejuto, alguien a quien consideraba fuera del Villarato. ¿Será que quiere ir al mundial?

Cada vez que un futbolista del Real Madrid recibía el balón de espaldas a un rival, éste le propinaba una buena patada y al suelo. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos ésa ha sido la táctica de Onésimo y Mejuto la ha respetado, hasta el punto que ha llegado a permitir una peligrosísima agresión sobre Cristiano Ronaldo.

Todavía recuerdo la que montó Guardiola el año pasado porque a Messi le dieron una patada (al que diga que el técnico culé es educado y tal, que siga sus declaraciones, porque sólo mantiene la compostura cuando lo tiene todo a favor). ¿Cual habría sido el comportamiento de Guardiola si a Messi le hubieran hecho lo que esta noche a Cristiano o a Van der Vaart? Son los dos futbolistas más castigados hoy por las fechorías de unos vallisoletanos, que han pensado que el fútbol consiste en agredir al rival de todas las maneras posibles.

Sin embargo Onésimo se ha puesto en pie de guerra. Según él su equipo no ha sido inferior al Real Madrid en la primera parte (totalmente falso, por cierto) pero que con el Madrid ya se sabe, que si los árbitros y bla, bla, bla... Señor Onésimo, no tiene usted vergüenza ni la conoce, porque pensar que el resultado habría sido distinto si se hubiese pitado el penalti cometido por Ramos en la segunda parte, momento en que el marcador iba 0-3, evidencia las mentiras de un resentido que odia al Real Madrid (me refiero al penalti de la mano, porque la otra jugada ¿polémica? no es tal ya que el central despeja un balón sin tocar al rival). Lo mejor será que no dedique ni un minuto más al ex-culé llorón de turno y vayamos al partido.

Muchas tonterías se han dicho desde lo del miércoles. Una de ellas era que había lío entre Higuaín y Cristiano. ¿Habéis visto el partido? ¿Parecía que se llevasen mal? ¿Acaso no han jugado perfectamente compenetrados, buscándose en todo momento, apoyándose, asistiéndose continuamente y abrazándose en los goles? Claro que sí. Pero la dañina prensa de este país no sabe qué hacer con tal de intentar hundir al Real Madrid.

El caso es que el Real Madrid ha ganado a ritmo luso-argentino. Tras unos primeros minutos bastante malos, debido sobre todo a la ansiedad, Cristiano ha metido un golazo de falta (muy meritorio teniendo en cuenta que la barrera no estaba, ni de lejos, a la distancia reglamentaria) y a partir de ahí el equipo ha mejorado mucho en su juego.

Alonso en el centro del campo organizaba de forma magistral (a destacar un espectacular pase en diagonal de sesenta metros al pie de Cristiano tras sentar a un rival con un sombrero). Lass continua fatal, pero como hoy ha desaparecido bastante, no ha estorbado al de Tolosa, que ha combinado perfectamente con Van der Vaart y Granero (y eso que el 24 no ha tenido precisamente su noche).

A pesar de las continuas faltas recibidas, de la mala educación del público local (bochornoso en líneas generales, llegando al éxtasis cuando han abucheado a Raúl, que batía otro récord con sus 543 partidos disputados en primera) y de la complicidad arbitral con los locales, el Real Madrid ha empezado a jugar al fútbol, a hilvanar jugadas y ha termiando imponiéndose por goleada, destacando a Higuaín, que se ha resarcido de su desastre particular europeo con un hatt-trick.

Otro argentino ha colado también tres en la tarde-noche de hoy. Hablamos de Messi. Para los medios, parece que sus tres goles tienen mucho más mérito que los de Higuaín. Sólo diré una cosa: intentad ver dichos goles, prestad atención a los defensas del Valencia y luego me contáis. Resulta mucho más fácil jugar al fútbol cuando, lejos de meterte el pie, te tienden una alfombra roja para que pases sin problemas. ¿Cuántos goles habría metido Messi hoy si la defensa valencianista se hubiera aplicado con la contundencia permitida por Mejuto en Valladolid? Seguramente ninguno. Higuaín ha marcado tres y Cristiano, con las facilidades que ha dado atrás el Valencia, podría haber estado marcando toda la noche. Pero claro, no hay villarato, el Barcelona es el mejor del mundo (a pesar de que no juega a nada, como se ha demostrado hoy) y el Real Madrid ha vencido al Valladolid gracias a los árbitros. ¿Es para mosquearse o no?

Termino con el show Pellegrini. Nuevamente Lass de titular y situado por delante de Alonso. Por si acaso el chileno deja claro que no piensa cambiar. Después, para poner la guinda de su particular pastel, ha dado entrada a Gago a falta de cinco minutos para la finalización del encuentro. Onésimo no tiene vergüenza, está claro, pero Pellegrini tampoco. Estos días hemos oído una historia proveniente del entorno de Kaká, algo lamentable ya que ciertas cosas se dicen en privado y a la cara. Sin embargo, coincido en que Pellegrini es un cobarde. Lleva toda la temporada enviando mensajes y echando balones fuera a la hora de repartir culpas. Hoy lo ha corroborado al no atreverse a sentar a Cristiano a pesar de que estaba tocado y el partido sentenciado. Xabi tenía una amarilla (por cierto de risa, porque no ha sido ni falta) y en lugar de cambiarlo con el 0-3, cuando todavía faltaban 25 minutos, se espera casi hasta el final y se ríe del bueno de Gago en la cara. Más le valdría respetar al único futbolista que le ha rendido en condiciones como pivote defensivo esta temporada. Y ya en el colmo de los despropósitos, decide dar entrada en el campo a Guti, con el choque ya decidido, en un partido en el que las faltas se producen por doquier. Y ya sabemos lo mal que encaja el canterano que lo inflen a patadas. ¿Cómo no se ha acordado hoy de Diarrá? Partido sentenciado y nos están inflando a palos. Saca al torpe gigantón africano y que haga de Harry el Sucio. Pero no, Diarrá estaba destinado para la ida en Lyon, donde empezó a fraguarse nuestra particular desgracia internacional.

Echar a Pellegrini ahora no tiene sentido (debería haber sido cesado tras lo de Alcorcón, cuando todavía había tiempo para reconducir la nave) pero espero que conforme termine la temporada desaparezca de la disciplina madridista. Pellegrini, Schuster, Juande y compañía me han hecho llegar a una reflexión que jamás pensé que se daría y es la siguiente: creo que echar a Fabio Capello fue un error de proporciones catastróficas.

Sí, recuerdo todo lo que despotriqué contra el entrenador italiano. Sigo pensando que colocar a Emerson y Diarrá de titulares contra el Mallorca el día en que nos jugábamos la liga fue una temeridad que nos pudo haber costado muy caro. Además con él también caímos en octavos de la Champions. Pero no creo que con él ningún futbolista se hubiera atrevido a mostrar indolencia en el Bernabéu en un partido de Champions. Además, visto el funcionamiento que han tenido los posteriores técnicos, comportándose en muchos casos como si el banquillo les viniera muy grande, me ha hecho cambiar de opinión con respecto al técnico transalpino.

El Real Madrid debe ganar esta liga por varias razones: demostrar que ni el Villarato puede con nosotros, poner al Barcelona en su sitio (el de eterno segundón) y, sobre todo, como disculpa a unos aficionados que han quedado tocadísimos tras la debacle europea. Si no, vendrán tiempos muy difíciles.

jueves, 11 de marzo de 2010

El problema de no saber gestionar un gran equipo


Como todo el madridismo, estoy triste, muy triste. Es el sexto año consecutivo que caemos eliminados en Champions en cuanto empiezan las eliminatorias, por lo que podríamos hablar no de un error puntual, sino de un grave despropósito estructural.

Lo que me pide el cuerpo (imagino que a muchos también) es coger el hacha y empezar a cortar cabezas. Sin embargo estaría cometiendo el mismo error que nuestros jugadores ayer: utilizar el corazón en lugar de la cabeza. Así que trataré de recapitular acontecimientos, a ver si así podemos sacar algo en limpio.

Al comenzar la temporada comenté que este Real Madrid tenía la plantilla algo descompensada. Muchos me criticastes arguyendo, entiendo que acertadamente, que teníamos un potencial ofensivo descomunal, unos centrales de gran categoría y un seguro de vida bajo los palos. Sí, estoy de acuerdo, pero hay un técnico que juega con un determinado esquema y no sale de ahí.

También rebatisteis mi argumento del técnico, al decir que con esta plantilla se podía conformar el mejor once del mundo con diferentes esquemas tácticos. Y sí, volveis a tener razón, sólo que hay un pequeño matiz: una temporada no se juega con once futbolistas, sino con unos cuantos más. Y hay ciertas posiciones en este equipo, dado el esquema de Pellegrini, que no tienen recambio.

El único fútbol entendido por Pellegrini que me ha gustado este año se ha producido sin pivotes defensivos en el campo (es decir, sin ningún Diarrá). Aunque hubo una excepción: el partidazo de Gago ante el Mallorca (rival bastante serio esta temporada) ya que jugó como si fuera una especie de líbero aplicado únicamente a tareas defensivas. ¿Cómo se hace esto? Cuando sube Marcelo, cubro la izquierda (y rezo para que Ramos no suba a la vez por la derecha). Si sube Ramos, lo mismo pero por su lado. Y si sube Alonso, porque los hombres de delante han ocupado las bandas, le doy la libertad suficiente cubriendo su posición. Gago es el único futbolista en toda la plantilla que ha entendido lo que debe ser un pivote defensivo con este esquema. Pero Pellegrini no usa a Gago si puede evitarlo, es lo que hay.

Sigamos con el razonamiento. Decía que los mejores partidos con esquema Pellegrini se han producido sin pivotes. Alonso jugaba como medio-centro (la diferencia con un pivote es que un medio-centro sabe dirigir al equipo desde atrás y no se dedica únicamente a defender) y, por delante de él, dos de estas tres posibilidades: Guti, Van der Vaart y Granero. El equipo se aseguraba el control del esférico, circulación del balón y ocasiones de gol independientemente de que el rival dejase espacios o no.

¿Qué pasa si alguien permite a este Real Madrid tener espacio para correr? Pierde por goleada. Si a este equipo le dejan montar varios contraataques en un partido, el esquema táctico a utilizar es muy sencillo: Higuaín, Cristiano, Kaká y ocho más. Hablamos de tres auténticos virtuosos en las jugadas a la contra. Y claro, gracias a ello, Pellegrini ha podido subsistir con Arbeloa por la izquierda, Lass por delante de Alonso y todas esas cosas ininteligibles para el buen entendido madridista.

Llegó el sábado el Sevilla y todos pudimos comprobarlo: sesenta minutos made in Pellegrini y perdíamos por 0-2 contra un rival que no había realizado ningún disparo a puerta. Treinta minutos con un centro del campo que sabe jugar el balón, sin pivotes y levantamos el resultado marcando tres y gracias... Pero las gracias las dio el Sevilla, porque a pesar de encerrarse atrás, las faltas y las ayuditas inestimables de Iturralde, en esa media hora le deberían haber caído unos cuantos goles más.

¿Cómo era el Real Madrid de esa media hora prodigiosa del pasado fin de semana? Marcelo por la izquierda, Ramos por la derecha y tres hombres en el centro del campo: Alonso de medio-centro y Van der Vaart y Guti por delante. Enfrente el Sevilla, ¿y qué? El Real Madrid hacía circular el balón, los hombres de ataque gozaban de absoluta libertad de movimientos y las ocasiones llegaban por doquier.

Pero hay un problema: ¿qué pasa si no puede jugar Alonso? Lass demostró ayer sobradamente que no puede jugar de medio-centro el solo. ¿Qué solución aportó el técnico? Retrasar unos veinte metros la posición de Guti. Y sí, Guti jugó como un buen medio-centro (todo lo bien que se puede jugar cuando Lass te estorba continuamente), pero ¿quién hizo de Guti?

Ya hemos comentado que el esquema de Pellegrini suele fallar cuando el rival se encierra atrás. Si alguien puede desatascar el juego en dicha circunstancia en el Real Madrid es Guti. Ya sé que el canterano no cae bien a mucha gente y entiendo por qué, pero vamos a olvidarnos por un momento de filias y fobias y seamos serios: hoy por hoy, con los esquemas de Pellegrini, o Alonso y Guti son de la partida o más vale que el rival nos deje correr.

Pero ayer jugó Guti, me diréis muchos... Sí, pero ¿dónde jugó? ¿Lo hizo en su sitio? ¿Se colocó en las posiciones en las que puede desestabilizar un partido? No, jugó de Xabi Alonso y claro, ahí difícilmente puede desestabilizar nada. Aún así dio el pase del único gol del partido, un centro de precisión milimétrica en profundidad al pie de Cristiano. Pero poco más pudo hacer.

Al comenzar la temporada hablamos de muchos posibles esquemas para esta plantilla. Algunos defendimos el jugar con tres centrales y dos carrileros. La idea era que Pepe o Ramos ocuparan el centro del trío defensivo al más puro estilo de la figura ya desaparecida en el mundo del fútbol del líbero (posición a la que tengo especial cariño ya que la he desempeñado muchas veces al jugar al fútbol). La idea es que en defensa los tres centrales permanezcan atrás y en ataque, el central del medio adelante su posición para cubrir las subidas del medio-centro o bien para apoyarle en la salida del balón. Hay plantilla para ello, más que para lo que propone Pellegrini, aunque siempre tendremos la falta de sustitutos para Xabi Alonso.

Y digo yo, ¿es que el Real Madrid no tiene cantera? No voy a ser tan iluso de pretender que un chavalito del filial debute en Champions y ocupe la demarcación de medio-centro. Claro que no. Pero la temporada es muy larga y si no cuentas con sustitutos naturales para Alonso y Marcelo, ¿no sería conveniente ir dando minutos a gente del filial que juegue de medio-centro y lateral izquierdo para cuando hagan falta? Es muy sencillo: en uno de los muchos partidos en los que el Real Madrid se ha puesto con ventaja de varios goles en el marcador (este año ha habido unos cuantos) sustituye a Alonso o a Marcelo por alguien del filial y que se vaya fogueando. No estoy descubriendo nada nuevo ya que es lo que se ha hecho toda la vida. Pero no, Pellegrini es capaz de hacer viajar a cuatro canteranos y después no les da ni un minuto (y eso lo hemos visto esta temporada). Luego los canteranos captan el mensaje (que no es otro que "o te fichamos por una millonada o no jugarás nunca en el Real Madrid") y en cuanto tienen ofertas para jugar en cualquier otro equipo, los mejores de ellos se largan.

Así las cosas, un día falla Xabi Alonso y no podemos con un equipito del montón. Y lo que es más curioso: un equipito del montón tiene a un entrenador capaz de leer un partido, ver lo que está fallando, hacer cambios en el descanso y modificar una primera parte ultra defensiva abocada al fracaso, por una segunda en la que su equipo tiene el balón y nos da un baile de cuidado en el mismísimo Santiago Bernabéu.

Y aquí entran los jugadores. ¿Es toda la culpa de Pellegrini? No, aunque ya ha demostrado sobradamente que el banquillo del Real Madrid le viene muy grande. ¿Tiene toda la culpa el presidente? Tampoco, pero debería ir pensando en dejar que fuera un profesional del fútbol quien le prepare la próxima temporada (y no el infame Valdano, que es alguien que en esta vida sólo ha sabido hacer una cosa: arrimarse al sol que más calienta). Evidentemente también están los jugadores. Unos por exceso (Cristiano estaba tan ansioso que completó su peor partido desde que está en el Real Madrid) y otros por defecto, pero llega un momento en el fútbol en que hay que olvidarse de tácticas, echarle cojones (con perdón de la expresión) y ganar el partido. Eso, a día de hoy, muy poquitos futbolistas del equipo lo tienen. Ese coraje, esa rabia y esas ganas. Uno es Raúl (digo lo mismo que con Guti, olvidemos filias y fobias y hablemos en serio). El otro solía ser Higuaín, pero anoche, bien por el fallo estrepitoso de la primera parte, bien por el nulo control del balón de los centrocampistas en la segunda, no vimos al Higuaín que nos hizo vibrar a todos el año pasado contra el Getafe, o a aquel que nos dio la liga contra el Espanyol y contra Osasuna. El tercero con raza de sobra es Cristiano, pero como ya he dicho, el chaval ayer se equivocó por completo.

¿Soluciones? Tener claro, por mucho que nos duela, que esta temporada ya se ha acabado, eso para empezar. Sí, hay que ganar la liga, pero los que no se dedican directamente al juego (presidente y compañía) deben empezar a planificar la temporada que viene desde ya. Y para ello, lo primero es dar el mando a gente de fútbol, gente que sepa de esto. No me importa si hablamos de Zidane, Hierro o Pirri; el caso es que Florentino Pérez ya demostró en su primera etapa que cuesta tres años disolver un equipo campeón (que es lo que había heredado). Y en ésta, su segunda aventura, sigue demostrando que sí, es un fenómeno para fichar cracks, pero no tiene ni idea de cómo afrontar una temporada futbolística.

Hecho esto, olvidémonos de estrellas, que las tenemos y a patadas. No hay que cambiarlo todo, en absoluto. Prueba de ello es que ayer, a pesar de la mala segunda parte y del nefasto partido de ida (allí fue donde Pellegrini hundió al Real Madrid) si el árbitro pita el penalti sobre Higuaín y nos vamos al descanso con 2-0, el Lyon habría empezado a dejar espacios, el Real Madrid a correr a la contra y a lo mejor cae media docena de goles. Se debe continuar el actual proyecto deportivo reforzando posiciones como el medio-centro y el lateral izquierdo. Para ello es indispensable contar con un técnico afín al Real Madrid. ¿Qué quiero decir? Que no es de recibo saltar a la palestra y decir: "nuestras opciones para el banquillo son Wenger o Mourinho". No es que tenga nada en contra de ellos (que si lo tengo, pero ahora no viene al caso). El problema es que el fútbol que practica uno y otro se parece como la noche y el día. Y eso ya no es un proyecto, sino fichar a un entrenador que, por diferentes motivos, tiene nombre internacional.

Y no hay nada más. Me viene a la cabeza el Barcelona de hace dos temporadas como ejemplo de una situación similar. Aquel año el Real Madrid ganó la liga y aventajó a los azulgrana en nada más y nada menos que 18 puntos, una auténtica barbaridad. ¿Qué diferencia había entre ese equipo y el que el año pasado ganó todo? Un refuerzo importante en el lateral derecho y otro en el centro del campo, además de un entrenador que entendiera lo que implica sentarse en el banquillo de un equipo que aspira a todo. No fue, precisamente, una revolución, ¿verdad?

Nunca me ha gustado mirarme en el espejo del Barcelona, entre otras cosas porque siempre ha sido al revés. Sin embargo, entiendo que nuestra situación es similar. Lo difícil, contar con futbolistas desequilibrantes, ya está hecho. ¿Qué queda? Completar la plantilla, comenzar a contar con la cantera y sentar en el banquillo a alguien que entienda la idiosincrasia del Real Madrid y que se dedique a colocar a los futbolistas en sus posiciones naturales (despropósitos como situar al lateral derecho por la izquierda o al media-punta de medio-centro son experimentos que suelen terminar en siniestro total). Hasta entonces, no nos queda otra que aguantar el terrible varapalo y tratar de capear el temporal lo mejor posible.

domingo, 7 de marzo de 2010

El mejor antídoto contra el Villarato: Guti



El fútbol es pasión. Por ello, es posible que uno pierda la objetividad cuando su equipo juega como un vendabal contra uno de los rivales más fuertes de su liga, en un partido de infarto con remontadas, altibajos y todas esas cosas que hacen tan grande este deporte del balompié. Por ello, aunque el partido de anoche es de esos que hacen afición, intentaré ceñirme a los hechos lo máximo posible. Espero conseguirlo.

En una liga tan igualada entre los dos primeros, sabemos que cualquier pinchazo puede resultar letal para la suerte del campeonato. Resulta que el Barcelona pinchó en Almería (no pudo ganar ni siquiera con el gol ilegal de turno, ese que le conceden todas las semanas) y el Real Madrid tenía la oportunidad de ponerse líder venciendo a un equipo tan complicado como el Sevilla.

Nada más comenzar vimos que el partido no iba a ganar el Oscar a mejor guión (recordemos que esta noche se concederán dichos galardones en Hollywood). En un partido que había que vencer sí o sí, a las primeras de cambio nos metemos un gol en propia puerta. ¿Por qué estaba Xabi Alonso defendiendo en el área pequeña en lugar de Lass? Porque Pellegrini sigue a lo suyo, destrozando el juego del Real Madrid con una táctica que ya ha quedado más que demostrado que no funciona. Alonso estuvo mal en la primera mitad, pero claro, jugando donde no debe, un mal endémico en el Real Madrid en los últimos años, ya que en nuestro banquillo recalan entrenadores que juegan a reinventar el fútbol.

A pesar de todo, el Real Madrid llegaba con peligro. Sin embargo, el madridista comenzaba a ver ciertos aspectos negativos que le resultaban familiares. El año pasado un grupo de nosotros fue al Santiago Bernabéu a ver este mismo partido y aunque el arbitraje de anoche no fue tan malo, resultó claramente antimadridista: las tarjetas no las recibían quienes propinaban peligrosas entradas, sino que caían del lado madridista. Además parecía que los derroteros del partido se asemejaban a quellos encuentros en los que el Real Madrid era muy superior a su rival, pero el balón no quería entrar. Mencionaré una estadística al respecto: el Sevilla llegó con un 0-1 favorable al descanso sin haber logrado chutar ni una sola vez a puerta. El Real Madrid había llegado con claridad en varias ocasiones, pero entre el excelente meta Palop y todo lo que Iturralde González no quiso pitar en las postrimerías del área visitante, el empate no llegaba.

Comienza la segunda parte y entre Xabi Alonso (que seguía desacertado) y Casillas montaron un lío espectacular, que terminó con el 0-2 en el marcador. El centrocampista amagó con ir a por el balón, Casillas se fió y, cuando el guardameta quiso reaccionar ya fue demasiado tarde, de forma que Dragutinovic consiguió un gol tan inesperado como el primero.

Por lo visto hay que asustar de forma importante a Pellegrini para que reaccione, ya que con el 0-2 en el marcador decidió dejar de ser un inepto, para alcanzar el título de entrenador que perdió en cuanto salió de Villarreal, deshaciéndose de Lass e introduciendo en el campo a dos futbolistas de categoría: Guti y Van der Vaart.

¿Qué sucedió entonces? Muy fácil: vimos al mejor Real Madrid de toda la temporada. Con Guti de mariscal de campo, Van der Vaart a su lado y un mejorado Xabi Alonso por detrás de ellos, el conjunto merengue se hizo amo y señor del partido. El Real Madrid se convirtió en un auténtico huracán, un terremoto que destrozaba la parcela visitante allá donde pasaba. Control de balón, juego al primer toque, fútbol de salón... Lo resumiré en una frase: Guti devolvió al equipo el espíritu de la Quinta del Buitre.

Así las cosas vimos hasta tres tiros al palo (un potentísimo trallazo de Guti desde fuera del área que pegó cerca de la escuadra y dos formidables chuts de Higuaín, uno con efecto magistral a la base del poste y otro al larguero), todo tipo de paradones de Palop y multitud de jugadas de peligro constante. Así jugaba la Quinta del Buitre, practicando mejor fútbol que el rival, haciéndose con el control del esférico y no parando hasta conseguir los goles necesarios para remontar cualquier diferencia, por grande que ésta fuera.

Llegados aquí, es necesario hacer un inciso: ¿cuando ha necesitado el Real Madrid, en toda su historia, un pivote defensivo? La mejor línea medular que recuerdo la formaron cuatro genios: Michel, Schuster, Martín Vázquez y Gordillo. ¿Quién de ellos era pivote defensivo? Nadie. Aquel Real Madrid todavía ostenta el récord de goles en una temporada liguera, récord que ni el mejor Barcelona con la colaboración del Villarato pudo superar el año pasado. Pero a alguien se le ocurrió fichar a Makelelé (cuyas estadísticas reflejan que perdía tantos balones como recuperaba) la prensa decidió sobrevalorarlo y, desde entonces, el Real Madrid, por decreto, debe jugar con alguien de similares características. Vaya por delante que Lass es muy superior a Makelelé: defiende tanto o más y tiene criterio a la hora de jugar el balón (es decir, que no lo pierde en posiciones comprometidas como hacía aquel). Sin embargo, a las pruebas me remito: los mejores partidos que el Real Madrid ha practicado este año han sido sin pivotes defensivos.

Xabi Alonso es mucho mejor futbolista sin Lass. Ayer vimos a un Xabi en la primera mitad y a otro muy distinto en la segunda. El de los primeros cuarenta y cinco minutos había perdido el sitio en el campo, fallaba pases, cometía errores impropios de su categoría... El de la segunda parte realizaba cambios de orientación en diagonal de cuarenta metros al pie, evitaba contraataques visitantes y ofrecía la seguridad necesaria a Guti y Van der Vaart para que éstos hicieran diabluras dirigiendo el ataque del equipo. Pero Pellegrini ha de verse con la soga al cuello para hacer algo que ya se ha comprobado que funciona, como diría el difunto Andrés Montes: recurrir a los jugones.

Y claro, con el control del balón Marcelo daba un rendimiento ofensivo brutal desde la izquierda, Ramos podía incorporarse sorprendiendo con su velocidad por la derecha y Cristiano e Higuaín llegaban una y otra vez con peligro a la meta contraria.

Jugando así sólo podía ocurrir una cosa: el público del Santiago Bernabéu volvió a disfrutar del Madrid de las remontadas, es decir, del juego típico de la Quinta del Buitre, tan añorado por el buen madridista.

Y la remontada llegó: el primero lo marcó el mejor jugador del mundo (y quien crea que éste es el puesto de Messi, que se de una vuelta por Argentina y pregunte) el señor Cristiano Ronaldo, aprovechando un rechace dentro del área; el segundo de certero cabezazo de Ramos tras un saque impecable de Van der Vaart; por último, el del éxtasis, lo marcó el propio centrocampista holandés, en una jugada loca que debería haber terminado mucho antes en las redes, resuelto finalmente por don Rafael en tiempo de descuento.

La conclusión del partido es obvia: a pesar del Villarato (a estas alturas hasta los ciegos ven que existe) cuando este Real Madrid juega con los artistas en el centro del campo (Guti, Van der Vaart o Granero) en lugar de los pivotes defensivos (los Diarrás) no hay quien lo pare. ¿Por qué lo vemos todos excepto Pellegrini? No lo sé, pero como en Champions vuelva a las andadas, perderemos, por culpa de un técnico engreído y necio la ocasión única de proclamarnos campeones de Europa en nuestro propio estadio, algo imperdonable.

lunes, 1 de marzo de 2010

Carta número 48

Carta número 48

Os dejo mi carta número 48 publicada en el Diario Deportivo As, el único en toda España que merece el calificativo de periódico, dada la animadversión de unos y el poco saber estar de otros.

http://www.as.com/opinion/articulo/raul-siemprea-parece-golea/dasopi/20100301dasdaiopi_10/Tes

Raúl siempre aparece y golea



Edgar Ayala Ruiz | 01/03/2010

En el Tenerife-Real Madrid, creo que Raúl volvió a dar una lección de categoría. ¿Se acuerdan ustedes de Romario? Terminó su carrera futbolística luchando por seguir en los terrenos de juego aunque el estado de forma ya no le acompañara para lograr el que, según él, era su gol número mil.


A Raúl se le tacha de egoísta, de cazador de récords y de no sé cuántas cosas más. Y bajo mi punto de vista todas son falsas. ¿Las pruebas? Contra el Tenerife tuvo en sus manos el balón en el preciso instante en que fue señalado un penalti. ¿Y qué hizo Raúl, el capitán blanco? Envió el esférico a Kaká y se quitó de en medio. Luego lanzaría Cristiano Ronaldo sin que nadie pusiese pega alguna.


Demostrada la categoría en las formas, unos minutos después el gran capitán inició una jugada en el centro del campo, corrió raudo y veloz hacia el área contraria, colocándose en el segundo palo. Una vez allí, Marcelo trató de asistirle desde la izquierda, pero un defensa local cortó el pase. El rechace fue a parar a Van der Vaart y ¿qué hizo Raúl? Pues cambiar su posición hacia el primer palo, ofreciendo una clara línea de pase a su compañero. Recibió el balón y transformó de manera sutil.


Y es que con todo esto lo que quiero destacar es que Raúl no está acabado, como muchos dicen y aseveran. Algunos aficionados nos remitimos a las pruebas mientras que otros sólo hablan desde la envidia. Pero claro, ser el más grande durante quince años seguidos es algo que muchos no perdonan. Raúl es un gran jugador que lo ha dado todo por el Madrid y se merece todos los reconocimientos. Me gustaría que el Madrid le hiciera un gran partido homenaje cuando se retire, a la altura de su categoría.