domingo, 28 de febrero de 2010

Goleada contra el Villarato


A los amantes del fútbol, cada día nos cuesta más sentarnos a escribir acerca de lo que hemos visto durante un partido. La razón es muy simple: no hay jornada en la que no debamos dedicar varios párrafos a la actuación arbitral.

El buen árbitro es aquel que pasa desapercibido pero, ¿desde cuándo esto no sucede en los partidos de Madrid y Barcelona? Porque ayer se repitió la misma historia de toda la liga (y de los últimos años): por un lado el Barcelona debió terminar los primeros 45 minutos por detrás en el marcador y con nueve (Puyol y Piqué nunca debieron terminar el partido);por otro, es un milagro que ningún futbolista del Real Madrid cayera lesionado tras su encuentro en Tenerife.

Pero ya se sabe: al Barcelona no se le puede pitar un penalti en contra (y si no que pregunten a Stuttgart y Chelsea) y el Real Madrid, si quiere ganar la liga, deberá contar sus partidos por goleada.

Dejando a un lado a los tramposos culés (que curiosamente también tuvieron una fuerte ayuda arbitral en la primera vuelta en Málaga) lo del Tenerife - Real Madrid fue escandaloso. Por un lado está el criterio arbitral, ese del que auténticos culés como Ramos Marco (sí, es un ex-árbitro) hablan tanto y saben tan poco. Se supone que un árbitro debe establecer un criterio y mantenerlo a lo largo y ancho de los noventa minutos. Entonces, ¿cómo es que Xabi Alonso recibió una amarilla por una falta en la que entró por delante, al balón y sin riesgo de lesión para el rival, mientras que las durísimas entradas recibidas por Marcelo y Cristiano no merecieron cartulina alguna? Eso por no hablar de la agresión que sufrió Ramos a los siete minutos de partido. El ayer lateral blanco (ya sabéis que me gusta más como central) recibió un codazo en la cara, el cual no fue fruto de protección ni de gesto natural al saltar. Se vio perfectamente en directo (sin necesidad de repeticiones) cómo el rival mira de reojo a Ramos y, una vez en el aire, decide impactar su codo contra la cara del madridista.

Hace muy poquito Cristiano Ronaldo tuvo que permanecer sin jugar dos partidos por ser sancionado en una jugada que ni se le acerca. Ayer a Ramos casi lo dejan sin sentido y ¿qué pitó el árbitro? ¡¡¡Bote neutral!!! ¿Todavía hay algún iluso que no crea en el Villarato?

Los madridistas tuvimos miedo porque pensamos que, más tarde o más temprano, Ramos sería expulsado. Lo primero que hizo Sergio cuando se recuperó de la agresión fue buscar con la mirada al autor de semejante fechoría y todos nos echamos a temblar. Afortunadamente Sergio se calmó y volvió a cuajar un gran partido. Si sigue en esta línea a buen seguro que las críticas que recibió durante la primera vuelta (totalmente merecidas) cesarán de inmediato.

Tras seis párrafos parece que podemos empezar a hablar de fútbol (agradecédselo a Villar, Arminio y Gaspart). Una buena noticia: Pellegrini parece haber rectificado (o eso o Lass se ha dado cuenta de que hacía flaco favor a su equipo jugando por delante de Alonso). El caso es que ayer pudimos comprobar cómo mejora el Real Madrid cuando Lass se dedica a lo suyo (defender en el centro del campo y no en el área contraria) y Alonso tiene la oportunidad de dirigir al equipo tanto en campo propio como en contrario.

El Tenerife, en su línea: haciendo faltas y más faltas con la permisividad del árbitro y demostrando un odio totalmente injustificado al Real Madrid, tanto en la grada como en el campo. ¿Cómo odiar a un equipo al que has robado dos ligas? En una el Barcelona ofreció 40 millones a Milla por dejarse ganar (explicar por qué el club azulgrana no ha sido multado por ello supondría un libro entero) y en la otra a saber cuánto pagaron a Gracia Redondo para que no pitase tres claros penaltis a favor del Real Madrid.

Así pues no es de extrañar que el aficionado blanco clame venganza cada vez que nos topamos con estos maleducados. Pero pasaban los minutos y el gol no llegaba. ¿Se repetiría lo de Francia? ¿Una vez más cuando un equipo no deja jugar al Real Madrid nuestro equipo se resiente y no saca adelante el partido? Ya en el primer minuto un exceso de relajación en un saque de banda permitió un tiro limpio de Alfaro, aprovechando la prolongación de Ricardo en un saque de banda, que no terminó en gol gracias a un atentísimo Garay, formidable durante todo el partido.

Durante los primeros minutos el Tenerife llegaba con cierto peligro al área de Casillas: que si un centro al área, que si un chut escorado, que si el primer fuera de juego lo comete el Tenerife... Entre unas cosas y otras el madridismo pasó diez minutos de tensión y nerviosismo, hasta que llegaron las jugadas visitantes. Comenzó Cristiano cabeceando un córner. Después llegaron los centros de Kaká (que parece seguir mejorando) y Granero, de forma que las cosas parecían comenzar a encarrilarse. Sin embargo, el gol no llegaba.

Hasta que a la media hora apareció un sobresaliente Marcelo que primero salvó en la misma línea de banda un balón que nadie quería y después regateó con una preciosa ruleta a un rival para continuar con el balón controlado a gran velocidad y asistir en profundidad a Higuaín para que batiera por bajo a Sergio Aragoneses. Dos apuntes sobre Marcelo e Higuaín. El brasileño demostró a todos (incluido Pellegrini que muy cobardemente le echó la culpa de lo ocurrido en Lyon) que no es lo mismo jugar como lateral con vocación ofensiva cuando tienes las espaldas cubiertas que cuando te dejan en la estacada. Por su parte, el argentino está tocado por la gracia divina ya que todo lo que toca termina en gol, asistencia o larguero. Ayer marcó los dos primeros goles del equipo y asistió a Kaká para el tercero.

En una goleada, unos goles son más importantes que otros. No quiero desmerecer a nadie, pero no es lo mismo abrir la lata que terminar de engordar el resultado. Al Real Madrid le costó el primero, que llegó, como hemos dicho, gracias a la fe y destreza de Marcelo y a la efectividad de Higuaín. El segundo, el de la tranquilidad, volvió a ser logrado por Higuaín a pase, en esta ocasión, de Garay, finalizando la primera parte, en esos minutos denominados psicológicos. Dos goles que parecían encarrilar el partido y dos goles que llegaron desde ambas bandas. Pellegrini debería pensar muy bien en ello y no repetir errores del pasado reciente.

Pero llegó la segunda mitad y el Villarato volvió a entrar en escena. Casillas atrapa un balón y Ayoze se lo quita de las manos. ¿Acaso los árbitros no se saben el reglamento? Si un portero tiene atrapado el balón con ambas manos, quitárselo es falta. Y la jugada es tan clara que no me creo que ni árbitro ni asistente no la vieran. ¿Por qué se concede el gol? Villarato, Villarato. Es indiscutible.

Con el 1-2 el Tenerife se animó y clavó la tumba de su ataúd, porque conceder espacios al equipo que mejor corre el contraataque actualmente en todo el mundo es un suicidio. Higuaín volvió a ser clave en un gol que ampliaba las distancias asistiendo a Kaká. Ahí llegaron los mejores momentos del Real Madrid que corría ocupando todos los espacios, efectuaba combinaciones magistrales y dejaba con la boca abierta a todos aquellos ilusos que siguen defendiendo la mentira de que el Barcelona es el que mejor juega y bla, bla, bla.

El cuarto llegó de penalti y aquí comenzamos a hablar de la clase y categoría de don Raúl González Blanco. ¿Recordáis el patetismo en el que incurrió Romario para alcanzar su supuesto gol mil? (y digo supuesto porque lo de añadir goles en categorías inferiores es de traca). El brasileño se estuvo arrastrando por los terrenos de juego, mendigando de forma lamentable hasta que, según él, alcanzó la mencionada cifra. Raúl está cerca de cierto récord en liga, para el cual todavía necesita algunos goles. El gran capitán estaba en el campo y se produjo el penalti. Curiosamente cuando el zopenco de Ramírez Domínguez pitó, el balón cayó a manos de Raúl. ¿Alguien habría osado discutir algo al gran capitán si se hubiera dirigido con el esférico al punto de penalti? No creo. Pero, ¿qué hizo Raúl? Sin inmutarse envió el balón a Kaká y se quitó de en medio. Cristiano corrió para allí, Kaká le dejó la pelota y el portugués marcó el cuarto.

Pero la cosa no quedaría ahí. Raúl no sólo tiene clase en las formas, sino también en su fútbol. Quien lo discuta que permanezca atento: Raúl con el balón en el centro del campo, pasa hacia Kaká y echa a correr hacia el área contraria para buscar el desmarque. El balón llega a Marcelo que trata de asistir al capitán, que esperaba en el segundo palo. Un defensa local despeja como puede y el balón llega a Van der Vaart (que había entrado hacía unos minutos). ¿Qué hace Raúl? Cambia rápidamente su desmarque al primer palo para ofrecer una buena línea de pase. Van der Vaart asiste y el siete, con toque sutil, bate a Aragoneses para que el quinto suba al marcador. Sólo me queda por decir: Luis Aragonés y Vicente del Bosque, estéis dónde estéis, espero que se os caiga la cara de vergüenza (eso para no perder las formas porque lo que pasa por mi cabeza al pensar en estos dos podría traducirse en papel de manera mucho más grave).

Las goleadas siempre son buenas. Comprobar que Granero cada día es más futbolista, que Marcelo es un fuera de serie si Pellegrini se lo permite, que Xabi Alonso (y no Xavi Hernández) es el mejor medio-centro en la actualidad también cuando Pellegrini lo permite, que Higuaín es un goleador nato (cómo han desaparecido de golpe y porrazo todos sus críticos) que Casillas sigue siendo un santo (había olvidado comentar que en momentos clave hizo varios paradones de mérito) que Albiol, Ramos y Garay son defensas inconmensurables, que Kaká cada día se parece más al del Milán, que Cristiano es el mejor del mundo, que tenemos profundidad de banquillo y que llevamos un promedio de 2.66 goles por partido (el mayor de toda Europa) es como para sacar pecho.

Ahora bien, el hecho de que este Real Madrid se atragante cuando el rival decide trabar el partido, es algo que Pellegrini debe solucionar ipso-facto. Las bandas, la movilidad de los hombres de ataque y Lass por detrás de Alonso son las soluciones. ¿Las aplicará? Lo veremos la próxima semana.

lunes, 22 de febrero de 2010

El Real Madrid pide perdón a base de goles


Anoche pudimos ver, en el Santiago Bernabéu, un espectáculo de fútbol y goles, hasta un total de ocho, que conformaron el 6-2 final, un marcador más propio del tenis que del fútbol.

El caso es que, tras un encuentro así, lo lógico sería que todos los madridistas estuviéramos repletos de felicidad y optimismo. Sin embargo, la realidad es que si bien anoche disfrutamos de lo lindo, hoy vuelve la Champions a nuestras cabezas ya que, por muchas goleadas que consigamos en liga, si nos quedamos fuera por sexto año consecutivo de nuestra competición, el golpe va a ser tremendo, durísimo.

¿Por qué este pesimismo? Porque Pellegrini no tiene visos de cambio. Sí, ayer goleamos y muchos de los tantos conseguidos fueron muy vistosos, lo que siempre anima, pero el Villarreal no es el Lyon.

Personalmente creo que el submarino amarillo es superior al conjunto francés, pero los tiros no van por ahí, sino por la táctica a emplear en el partido de vuelta. Si en la ida los galos salieron atrás, encerradísimos, con la misión de no dejar jugar al Real Madrid, ¿cómo creéis que jugarán en el Bernabéu?

El Real Madrid de Pellegrini juega muy bien cuando tiene espacios y puede practicar lo que en Los Angeles se conoce como el Showtime, a saber: grandes galopadas, contraataques continuos, velocidad... Y así el Real Madrid da miedo. El Villarreal llegó al Bernabéu con la sana intención de ir a por el partido y hay que aplaudirle por ello. Pero claro, jugar al Real Madrid de tú a tú implica una importante posibilidad de caer por goleada, ya que en este equipo hay muchísimo talento.

Pero ¿qué pasa cuando un técnico incapaz tiene miedo? Se olvida del talento, juega a no perder y todo se viene abajo. ¿Se olvidará Pellegrini de una vez por todas de sus miedos y manías colocando a quienes debe y donde debe? Se me hace muy difícil creerlo, sobre todo por la ausencia de Xabi Alonso por sanción.

Resulta que este Real Madrid asusta. Las goleadas son buenas porque los rivales toman nota, de forma que la partida moral, antes de saltar al campo, la tenemos ganada. Y claro, si Cristiano, que completó un partido fabuloso, comienza con un golazo de falta marca de la casa, mejor que mejor. Además fue uno de esos partidos en los que, a pesar de que el rival demostró que podía hacer mucho daño (lograron dos auténticos golazos) en cuanto los visitantes se acercaban un poco, el Real Madrid pisaba el acelerador y comenzaba a marcar goles.

Así debería jugar siempre todo un Real Madrid, con la misión de lograr más tantos que el rival y punto. ¿Nos metéis uno? Pues nosotros os colamos tres. ¿Que nos volvéis a marcar? Pues toma, otros tres. Ése es el estilo del mejor equipo del mundo y no hay más. Si al menos el partido sirviera para que Pellegrini se entere de donde está, todo eso que tendríamos ganado. Pero, a tenor de lo que llevamos visto esta temporada, lo dudo muchísimo.

De momento estamos vivos. Ayer goleamos sin ayudas extra. El Barcelona no puede decir lo mismo ya que recibió la ayuda de un rival que fue a hacer el paripé y un árbitro que no quiso expulsar al infame Márquez tras destrozar al bueno de Canales. De paso demostraron la mala educación existente en el Camp Nou, con toda clase de insultos, abucheos y demás. Pero bueno, ya los conocemos muy bien, así que no es de extrañar ese tipo de comportamientos barriobajeros.

Me gustaría pensar que el Real Madrid va a seguir el ritmo arrollador de anoche. Ojalá tenga que rectificar todo lo que pienso de Pellegrini. Pero la experiencia de esta temporada me invita a ser prudente. Ahora toca esperar.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Pellegrini ni un minuto más


Sé que echar a un entrenador no tiene buena prensa, menos aún si se trata de un equipo que lleva la racha del Real Madrid (el último técnico que duró algo fue Vicente del Bosque) pero hace tiempo que vengo defendiendo la idea de que Pellegrini es malo para el Real Madrid, cosa que ratifiqué anoche, durante el partido frente al Lyon.

Lo primero que debe entender alguien que se siente en el banquillo del Real Madrid es precisamente eso: dónde está sentado y a quién representa. Pellegrini no lo ha entendido nunca, de lo contrario jamás habría sacado un once para no perder en lugar de para ganar en Copa de Europa, máxime tras los desastrosos últimos cinco años, en los que nunca hemos pasado la primera ronda de eliminatorias.

El Real Madrid debió haber salido a por el partido, sin pensar que tras el mismo restarían noventa minutos en el Bernabéu. Mi madre dice que no se debe dejar para mañana lo que podemos hacer hoy... Ojalá mi querida madre tuviera una charla con Pellegrini, ya que por lo visto no conoce el famoso refrán. La eliminatoria debería haber quedado zanjada en Francia, pero el esquema especulativo de Pellegrini hizo que terminásemos con un peligrosísimo 1-0 en contra.

Hablando de esquemas, ahora llega el otro motivo por el que Pellegrini debería marcharse cuanto antes, siguiendo con el refrán, si es esta tarde mejor que mañana. ¿Alguien puede explicarme de alguna manera más o menos inteligente, sin cachondeos de ninguna clase, qué pintaba anoche Diarrá en el once titular? No se trata de mis sentimientos en contra del de Malí (sentimientos contrarios, por cierto, porque es el peor futbolista de toda la plantilla del Real Madrid y un auténtico cáncer futbolístico). Vamos a ver, ¿alguien, en su sano juicio, pondría para jugar en una eliminatoria de Champions y en un puesto tan duro como el de medio-centro, a un futbolista que ni se recuerda cuando jugó por última vez 90 minutos seguidos con el Real Madrid a causa de sus lesiones? Toda una temeridad de Pellegrini, que a lo mejor nos puede explicar a todos, de manera convincente, por qué este Diarrá era titular antes que el otro (Lass).

Pellegrini sacó un equipo sin salida por bandas, con gran apelotonamiento de hombres por el centro y sin velocidad en la circulación del balón (de esto último se encargó Diarrá). Tratar de vencer así a un equipo inferior, cuya única misión era defender, tratar de cogernos en alguna contra y salir vivos para afrontar con alguna esperanza la vuelta en el Bernabéu (por aquello del doble valor de los goles fuera de casa) es una misión más imposible que las de Tom Cruise.

Últimamente hago muchas referencias al partido Real Madrid - Espanyol y es que me parece un encuentro de lo más educativo, ya que podemos medir, contra el mismo rival, las diferencias entre una alineación lógica y otra made in Pellegrini. En la primera mitad de aquel partido, Xabi Alonso ejerció de director de orquesta de unos Guti, Granero y Kaká con total libertad de movimientos, sin posiciones fijas. Así el Real Madrid, en ataque, ocupó indistintamente bandas, espacios entre líneas y área, sin que el Espanyol pudiera prever por donde le iban a caer los golpes. En la segunda mitad, Pellegrini hizo de las suyas situando a un pivote que estorbase a Alonso y que fijase las posiciones de los demás, de tal manera que el juego del equipo se volvió previsible y predecible hasta decir basta.

Pellegrini ha tenido mucha fortuna con las lesiones. Resulta paradójico decirlo así, pero es cierto. Sin las lesiones no habría descubierto que el equipo mejora mucho con Ramos como central y Arbeloa de lateral derecho. Tampoco habría descubierto el buen fútbol que se practica cuando se utilizan las bandas (y no hace falta tener futbolistas específicos para ello) cuando la presión al rival cuando saca el balón la realizan los delanteros (y no Lass) o cuando Xabi Alonso tiene un escudero en lugar de una rémora.

El caso es que este "ingenierillo" debió haberse dado cuenta de la mejoría del equipo cuando, por sanciones y lesiones, se vio obligado a hacer algo lógico y coherente. Sin embargo, en cuanto ha podido, ha vuelto a las andadas, hundiendo al Real Madrid, demostrando que no aprende. Por lo tanto, puerta.

Anoche, mientras daba vueltas en la cama (son demasiado fracasos seguidos en Champions para mí) me sobrevino el siguiente pensamiento: ¿qué habría sido del Barcelona, el año pasado, con Pellegrini en el banquillo? Imagináos que sitúa a Keita por delante de Xavi y fija a Iniesta en la banda izquierda. ¿Habría desplegado el Barcelona un buen fútbol o habría repetido lo de hace dos temporadas, cuando les metimos 18 puntos de diferencia en la tabla de clasificación liguera?

Por todo lo explicado, estoy convencido de que Pellegrini es un cáncer a extirpar. Anoche Diarrá ralentizaba el juego hasta límites insospechados cuando el Real Madrid trataba de tocar el balón (eso cuando no fallaba pases increíblemente fáciles). Como el africano tampoco defendía, Ramos tuvo que comportarse como un coloso, multiplicándose tanto en sus labores de central como para hacer la cobertura a Marcelo cuando éste se incorporaba al ataque. Como el habilidoso Govou (al que, por cierto, perdonaron la roja) vio la circunstancia, se pegó a la banda de Marcelo y creó mucho peligro. Pero, ¿era culpa de Marcelo o del desastroso esquema ideado por Pellegrini?

Evidentemente el uruguayo no está para reconocer fallos, así que culpó al lateral brasileño, de forma que pudo terminar de descomponer al equipo cambiando la defensa: Arbeloa al lateral izquierdo y Ramos al derecho. ¿Cómo se puede cambiar una defensa porque sí en mitad de un partido? Y así nos fue: nada más comenzar la segunda mitad, Makoun avanzó solo y sin obstáculos hasta cerca de la frontal de Casillas, batiéndolo desde fuera del área con un chut formidable e imparable.

¿Reaccionó el mister quitando a Diarrá y dando entrada a Van der Vaart para que el Real Madrid tuviera un mayor dominio del balón y comenzara a jugar al fútbol? Pues no. Empecinado en su tozudez, siguió con lo mismo. Cambió a Higuaín por Benzemá, lo que significa dejar las cosas como estaban. Y yo me pregunto: siendo estos dos delanteros dos futbolistas que cuando mejor se desenvuelven es en velocidad y con espacios, ¿por qué los utiliza si con su táctica de apelotonar futbolistas sin orden ni concierto por el medio no va a haber huecos por ningún sitio? No tiene pies ni cabeza. Si planteas un partido así, el delantero ideal es Raúl, que sabe cómo moverse entre un sinfín de contrarios y sin casi espacio para maniobrar. Pero no es el juego de Higuaín ni de Benzemá, eso es obvio.

Perder 1-0 es un desastre. Implica que debes salir al ataque sin dar tregua, porque con dicho resultado estás eliminado; pero resulta que un gol del rival te obliga a marcar tres tantos, casi nada. Teniendo en cuenta que es factible encajar algún gol si juegas al ataque...
Otra cosa: en el Bernabéu no podremos contar con Xabi Alonso. ¿Será capaz este botarate que tenemos por entrenador de situar un doble pivote formado por los dos Diarrás? Lo digo porque ya osó hacerlo en el último tramo del pasado partido de liga.

Por el bien del Real Madrid muchos pedimos el cese de Pellegrini cuando aún había tiempo, es decir, tras la debacle de Alcorcón. Pero el tiempo pasa y cada vez queda menos. Si terminamos por sexto año consecutivo fuera de Europa en octavos por culpa de las sinrazones de un técnico que no da la talla, el descalabro va a ser monumental.

lunes, 15 de febrero de 2010

El Madrid depende de sí mismo


Por fin se ha dado la situación que todos queríamos: el Real Madrid depende de sí mismo para ganar la liga. En una operación de lavada de cara del Villarato, el infame Iturralde González, culpable directo del triunfo del Barcelona frente al Espanyol por pitar un penalti tan falso como quien se dejó caer (Xavi Hernández) tenía que hacer algo para salir del ataque de la prensa y llevó a cabo, sin duda, el mejor arbitraje de su vida.

Y el Barcelona, ya se sabe: si no juegan con catorce, no son nadie. De tal manera que, en igualdad de condiciones contra un flojisimo Atlético de Madrid, mordieron el polvo, como debieron hacer tantas y tantas veces en el transcurso de esta liga. Su primera derrota, sí, pero su primer partido sin favoritismos arbitrales y derrota ante un equipo mediocre.

Bueno, hilando muy fino diré que Maxwell, que ya tenía amarilla, debió ser expulsado por segunda cartulina cuando evitó una colada por banda de Reyes propinándole un golpe en la cara con su antebrazo. ¿Os suena? Resulta que Cristiano hace algo similar, pero menos grave (pues el luso sólo trataba de soltarse mientras Maxwell se sirvió de la falta para cortar un avance) y a uno dos partidos de sanción mientras que al otro ni amarilla. El Villarato, aunque poco, se sigue notando.

Mucho se ha hablado del Atlético anoche: un gran equipo, muy bien posicionado y bla, bla, bla. Que no os engañen: los rojiblancos fueron tan mediocres como lo han sido durante toda la liga. Tuvieron varias acciones aisladas de mérito, sobre todo la protagonizada por el ex-madridista Reyes para asistir a Forlán en el primer gol, pero nada más. Las aprovecharon para lograr un par de tantos y terminaron en su línea: pidiendo la hora.

Otra de las mentiras de la prensa de hoy: "el Barcelona perdió por culpa de las bajas". Es falso y lo demostraré: Xavi, Iniesta y Messi en el equipo titular; ¿y dónde falló el Barcelona? En el centro del campo. Las bajas se produjeron en defensa, pero los azulgrana no comenzaron a hilvanar alguna que otra jugada hasta la segunda parte. De hecho ahí tuvieron unos veinte minutos en los que el Atlético desapareció y los madridistas temimos por el recorte de puntos. Sin embargo, en un partido mediocre, ni unos ni otros lograron mover el marcador con el que finalizó la primera mitad.

Mientras tanto, ahí tenemos al Real Madrid, que solventó un partido bastante complicado con un contundente 0-3, marcador que bien pudo haber sido más amplio. El partido tenía bonitas reminiscencias para un servidor, ya que la última vez que estuve en el Bernabéu fue en el encuentro que enfrentó a estos mismos dos equipos en la primera vuelta de la liga (5-0 para el Real Madrid). Conocí a gente fantástica de Xerez, muy distinta al descerebrado que se hizo una foto con Florentino Pérez portando una bufanda culé. Sin embargo había una gran diferencia: el estado del césped.

No concibo cómo en primera división se permite que un terreno de juego esté tan estropeado. Por un lado se igualan las fuerzas, ya que el futbolista de calidad, aquel que puede marcar la diferencia, ve mermadas y de qué manera sus habilidades por jugar en un campo impracticable; por otro, el riesgo de lesión es importante y un equipo como el Real Madrid debe cuidar sus valiosos activos.

El caso es que contamos con el mejor futbolista del planeta en la actualidad, un tal Cristiano Ronaldo, que para disgusto de muchos (desgraciada e incomprensiblemente algunos madridistas) con los dos tantos de ayer se coloca con 17 goles en 17 partidos. ¿Hay alguien ahora mismo, en las grandes ligas, que lleve un porcentaje de gol por partido? Mi querido amigo Nilo dice que los números no mienten y, desde luego, ahí están.

Pero Ronaldo no sólo es grande por sus goles; también lo es porque independientemente del rival, el estadio o la competición, el portugués lo da todo. Otros futbolistas se habrían reservado por miedo a una lesión. También hemos padecido ocasiones en las que jugadores del Real Madrid se tenían a menos de jugar ciertos partidos aunque fueran suplentes por entender que estaban por encima de ciertos rivales (caso del patán de Tote, que casi nos hace perder una liga por una frivolité en un gol cantado). Pero Cristiano es, además de un artista, un profesional y me atrevo a decir que, si las lesiones lo respetan, marcará una época en el Real Madrid.

Cristiano no fue el único que estuvo enchufado. Kaká, por fin, cuajó un buen partido. De sus pies salieron dos asistencias que propiciaron los dos goles de Ronaldo. A ver si es verdad que la lesión que padecía no le permitía dar lo mejor de sí mismo y a partir de ahora vemos al Kaká que todos hemos conocido en el Milán. Sería conveniente si queremos ganar liga y Champions.

Lass volvió a la titularidad. La semana pasada todos vimos la diferencia entre un Real Madrid sin Lass en la primera parte del partido frente al Espanyol y un Real Madrid con Lass en la segunda mitad. Lo que en los primeros 45 minutos había sido un fútbol magnífico con gran capacidad de sorpresa, se volvió algo totalmente previsible, viéndonos abocados, nuevamente, a las individualidades de alguna de nuestras figuras (en concreto fue Higuaín el único capaz de hacer despertar al público de la monotonía que supuso aquella segunda parte).

El sábado Lass jugó de inicio y volvimos a lo de siempre: Xabi Alonso sin poder dar pases ofensivos y Granero sujeto en la izquierda dada la inmovilidad que supone el hecho de que Lass juega en una posición fija: la derecha y por delante de Alonso. Y claro, no siempre vamos a tener delante al Xerez, ¿verdad? Me refiero a que el sábado pudimos sacar la cosa adelante a pesar del terreno de juego, de lo bien plantados que estaban los locales en la primera mitad y de la inoperancia en el centro del campo que supone situar a Lass donde habitualmente lo coloca Pellegrini. Pero, con esas facilidades, cuando nos estemos jugando la vida en Europa contra un rival de primer nivel, ¿entonces qué? Me da mucho miedo que Pellegrini, por su obcecación, tire por la borda la oportunidad de ganar la Champions en el Bernabéu. Sería un error imperdonable, de proporciones catastróficas. Sí, he dicho catastróficas porque ¿hasta cuándo tendremos que esperar para volver a tener la oportunidad de disfrutar una final de Champions en el mejor estadio del mundo?

Al menos Ramos volvió a ser central, lo que permitió a Arbeloa jugar de lateral derecho. Teniendo en cuenta que fue el magnífico lateral blanco el que abrió la lata en un partido que parecía complicarse, sigo ratificándome en la idea que he defendido desde que el Real Madrid fichó a Sergio Ramos: éste debe jugar como central. Lo que me lleva a un nuevo pensamiento negativo hacia Pellegrini: si Ramos y Arbeloa juegan donde deben, no es a causa de la pericia del técnico, sino gracias a que ha habido una serie de lesiones que le han obligado a colocar a los futbolistas en las posiciones que más rinden.

Desde hace muchos años, los entrenadores que llegan al Real Madrid (incluso Fabio Capello) tratan de reinventar el fútbol. Si tienen a un medio-centro con vocación ofensiva lo colocan de extremo izquierdo y lo hunden; si tienen al mejor delantero de los últimos quince años (un tal Raúl González Blanco) lo ponen a jugar de lateral derecho; si tienen a un delantero eficaz lo sitúan en una banda... ¿Qué les pasa a los técnicos cuando se sientan en el banquillo blanco? ¿Tienen vértigo? ¿Les puede la presión? No tengo ni idea, pero el caso es que comienzan a experimentar y el lío suele ser de órdago.

El año pasado llegó Lass al Real Madrid. Jugó en su sitio natural, de pivote defensivo y ayudó mucho al equipo. No jugó por la derecha ni con vocación ofensiva; no ejercía la presión cerca del área rival, que es lo que les toca a los delanteros... Jugó perfectamente como un centrocampista cuya misión es defender. Pellegrini sabrá, pero ahora mismo, sus cábalas tácticas son mucho más peligrosas que cualquier versión del Villarato.

Hablando de Villarato, creo que volverá. El sábado tuvieron, como ya he dicho antes, que lavarse la cara, porque por fin la prensa cargó contra una realidad que se viene repitiendo desde hace ya unos cuantos años. Hace tiempo que vengo denunciando que el Villarato es posible por la complicidad de la prensa y parece que es verdad, ya que el primer día que se han puesto serios, el Barcelona ha tenido un arbitraje justo y, casualidad, ha llegado su primera derrota.

Creo que hasta un ciego lo ve, pero claro, no hay más ciego que el que no quiere ver y, desgraciadamente, de esos hay muchos en nuestro país.

Para terminar, se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de alguien que no necesita presentación: don Luis Mollowny. Descanse en paz.

domingo, 7 de febrero de 2010

Higuaín vuelve marcando


Angel María Villar y Laporta lo han conseguido: el fútbol ya no es cosa de futbolistas, sino de árbitros. Una vez más (y la historia se repite) el Barcelona gana merced a un gol ilegal mientras que los jugadores del Real Madrid son sacudidos sin piedad, con la complicidad del árbitro de turno. Cada fin de semana, me gustaría sentarme a hablar de fútbol, pero como los partidos no los dirimen los futbolistas, sino que lo hacen los colegiados, es menester dedicar una parte importante del resumen a sus ilegales y bochornosas actuaciones.

Una de las frases que más repito últimamente es "llueve sobre mojado". Resulta que Cristiano Ronaldo debe cumplir dos partidos de sanción por una jugada que, a todas luces, no merecía roja ya que no fue una agresión. Con esa acción en la mente de todos, llega Pérez Burrull y permite dos agresiones en toda regla, una contra Guti y otra contra Albiol (en ambas dos espanyolistas clavaron sin piedad los tacos sobre sus pares). Lo curioso es que Burrull señaló ambas infracciones, es decir, que las vio. Sin embargo, la primera no mereció sanción alguna y la segunda se quedó en amarilla. Todo ello contrasta con una entrada de Ramos en la segunda mitad, lanzándose al suelo, sin elevar los pies, alcanzando al balón y que sólo puede entenderse como falta por juego peligroso. Se llevó amarilla. Entonces, ¿qué clase de criterio siguió Pérez Burrull?

Resulta que a Xavi Hernández y a Guardiola no les gusta la palabra Villarato. Claro, ¿cómo les va a gustar? Los arbitrajes están siendo tan descarados que ya se les está viendo el plumero. Guardiola gimoteaba patéticamente en rueda de prensa diciendo que nadie va a convencerle de que los seis títulos ganados han sido gracias a los árbitros. Posiblemente los seis no, señor Guardiola, pero tres sí y eso lo sabemos todos: Champions, Supercopa de Europa y Mundial de clubes, ya que de no haber sido por el escandaloso arbitraje en Chelsea, con cinco penaltis perdonados a los tramposos culés, no hubiesen disputado ninguna de esas tres finales.

Y ¿qué decir del hipócrita de Xavi? No oí ninguna declaración suya cuando se lanzó a la piscina de forma atroz frente al Espanyol (otro favorcito arbitral que supuso otra victoria). Pero ayer montó en cólera clamando contra el árbitro que expulsó a Piqué. Pues mire, señor Hernández, resulta que la roja lo fue en toda regla, así que a callar, llorón.

Cada día entiendo más al creador de este blog, el señor Paulino, cuando decidió retirarse para abstenerse de cualquier tipo de comentario futbolístico. Sin Villarato el Barcelona no estaría ni segundo, ésa es la verdad. Pero claro, invertir capital catalán en la prensa nacional es lo que tiene: engañar al público tonto, que se lo traga todo. Afortunadamente no todos somos idiotas y muchos seguimos pensando por nosotros mismos, aunque lamentablemente cada vez somos menos.

Cinco párrafos sobre esta jornada y todavía no hemos empezado a hablar de fútbol. La culpa de Villar, Laporta y el poder catalán establecido y ladrón, por no hablar de políticas del miedo y todas esas cosas tan feas. Parece ser que Alfredo Relaño se ha unido a los poquitos que saben de esto (Roncero, Guash y alguno más) y denuncia el Villarato cada fin de semana. Pero claro, el resto de la prensa tacha al Diario Deportivo As de fanatismo y no sé cuántas injurias más y asunto solucionado. Pues miren ustedes, señores, resulta que el As es la única prensa deportiva fiable hoy en día, porque hasta los del Marca están vendidos.

No quise escribir ayer sobre el partido porque estaba calentito por tanta hipocresía, gentuza y tontería. Hoy estoy algo más calmado, así que imaginadme ayer. El caso es que a uno se le quitan las ganas de hablar de fútbol, no sólo porque la competición esté amañada del todo, sino también porque don Florentino Pérez se tiene a menos de dar un puñetazo en la mesa y poner a todos en su sitio... ¿Por qué no resucitará don Santiago Bernabéu? No tendría ni para empezar con toda esta cuadrilla de anormales repartidos por la geografía española.

Pero vayamos, de forma breve, al partido. Seré breve no sólo por todo lo que ya llevo escrito, sino porque no hay mucho que contar. Me explicaré. Hay dos facetas relevantes: juego defensivo y juego de ataque (entiéndase que en el fútbol moderno atacan los once y defienden los once, no hablo de línea defensiva y delanteros). Resulta que el Real Madrid defiende mucho mejor cuando Ramos juega como central y Arbeloa lo hace en su puesto natural de lateral derecho. Es algo que se demuestra partido a partido, así que a ver si Pellegrini va tomando nota. En cuanto al ataque, el Real Madrid es muchisimo más peligroso sin Lass que con el francés; y si no, comparad los primeros 45 minutos de anoche con los segundos.

¿Por qué defendemos mejor con Ramos de central y Arbeloa de lateral derecho? Bueno, no sólo defendemos mejor, también atacamos de forma más contundente. Ramos no pierde la posición como central. Arbeloa es un lateral izquierdo pasable, pero un lateral derecho excepcional. El equipo no se desequilibra, es complicado que nos cojan a las contras y aprovechamos mejor ambas bandas (ya que por la izquierda Marcelo se desenvuelve muy bien en ataque).

¿Por qué atacamos mejor sin Lass? Primera parte: Xabi Alonso dio un recital de pases (más del 90% de aciertos) al no tener ningún compañero estorbando por delante de él. Con Alonso en plenitud, Guti, Granero y Kaká no tienen posiciones fijas. Cuando estos tres futbolistas rotan el ataque del Real Madrid se vuelve imprevisible, de forma que las ocasiones de gol se suceden por doquier. De no haber sido por Kameni, Raúl pudo haber terminado la primera mitad con un Hatt-Trick (por cierto, segundo partidazo consecutivo del capitán con el Bernabéu en pie, casi nada). Pero, ¿qué sucedió en la segunda mitad cuando entró Lass? El francés se afincó en la banda derecha, Granero se quedó fijo en la izquierda, el recorrido de Kaká se acortó y el juego del Real Madrid se volvió totalmente previsible.

Lo de Ramos, Arbeloa y Lass es tan claro que hasta un ciego lo ve. ¿Por qué Pellegrini no hace nada? Resulta que el esquema de "el ingeniero" le ha funcionado cuando ha tenido lesionados, es decir, cuando no le ha quedado más remedio que utilizar a los futbolistas de forma correcta porque los que jugaban donde no deben estaban en la enfermería. Como no utiliza a Metzelder (uno de los mejores centrales de Europa, Pellegrini sabrá) Ramos debe ir obligatoriamente al centro de la defensa junto al inconmensurable Albiol dadas las bajas de Pepe y Garay. Así Arbeloa juega por fin en su puesto.

Y claro, como Lass ha estado lesionado, a Pellegrini no le ha quedado otra que tirar de Guti y Granero y vaya vaya con la doble G. Ayer Granero se salió, siempre bien colocado, ayudando en defensa, repartiendo asistencias en ataque... Guti no estuvo sobresaliente como en los dos partidos anteriores, pero 40 de 46 en pases, ahí es nada. El catorce bajó la intensidad, pero no la concentración y así lo demuestran sus números.

El caso es que el Espanyol fue un juguete en manos del Real Madrid hasta que Lass entró en el campo, momento en que el juego del equipo se volvió predecible hasta decir basta. Cuando el equipo juega así, estamos a merced de una individualidad. Ésta llegó de la mano de Higuaín, que reaparecía tras su lesión. Bajó con un control orientado (y un pelín de fortuna) un balón largo, con un defensa encima, superó a su rival, dejó sentado al guardameta por velocidad y marcó un muy buen gol. Los otros dos tantos habían sido logrados en la primera parte, el primero de Ramos de cabeza a pase de Granero y el segundo de Kaká, a placer, tras recoger el rechace de Kameni a un soberbio cabezazo de Raúl.

Tal y como yo lo veo, tenemos un serio problema. Pellegrini es un cabezota y cada vez que puede nos demuestra que utilizará a Lass por delante de Alonso. Además el francés se escora hacia la derecha y se queda allí fijo, lo que obliga a otros jugadores a fijar posiciones para ocupar otros huecos, de forma que se pierde la sorpresa. Jugando así (con Lass) el equipo se volverá Ronaldo-dependiente porque, como ya he dicho antes, estaremos a merced de las individualidades. Jugando sin Lass, como hemos visto en los dos últimos partidos, el Real Madrid no depende de nadie.

¿Habrá alguien capaz de dar un par de collejas a Pellegrini para que entre en razón? Más nos vale, por el bien del Real Madrid.